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martes, 6 de septiembre de 2011

¿CUÁNTO CUESTA UN MILAGRO?


Teresa, la niñita de esta historia real, aquel día fue a su habitación, puso en un bolsillo de su jeans las monedas que había estado ahorrando de su merienda, y con paso resuelto se encaminó a la farmacia de la esquina.

Con total aplomo, esperó a que el farmacéutico le prestara atención, pero nada. Finalmente, con una moneda tocó repetidas veces en el mostrador.

-¿Qué es lo que quieres?--le dijo el hombre--¿No ves que estoy hablando con mi hermano que acaba de llegar de Chicago, y hace años no lo veo?

-Pues de mi hermano quiero hablarle. Él está muy enfermo y quiero comprar un milagro.

-¿Qué dices?

-Su nombre es Andrés. Algo muy malo le ha estado creciendo en su cabeza. Mi Papi dice que sólo un milagro puede salvarlo Dígame, ¿cuánto cuesta un milagro?

Con voz algo más suave, el farmacéutico le dijo que no tenía milagros a la venta, y que no podía ayudarla.

En eso intervino el hermano recién llegado al pueblo, un hombre muy bien vestido.

-¿Qué clase de milagro necesita tu hermano?

--No sé-replicó Tere medio asustada.--Sólo sé que está muy enfermo y Mami dice que necesita una operación y Papi dice que no pueden pagarla, que se necesita un milagro.

-¿Cuánto tienes?

-Cuarenta y un pesos.

-¡Qué coincidencia! ¡Exactamente lo que cuesta un milagro para hermanitos! Llévame a tu casa.

Aquel hombre era el Dr. Carlton Armstrong, cirujano especializado en neurocirugía, quien cubrió todos los gastos de la operación, salvando así la vida del niño.

La madre no se cansaba de repetir que habían presenciado un milagro real, sin saber cuánto pudo haber costado.

Jesús ha insistido una y otra vez que hay que ser como niños para llegar al Reino de los Cielos. Y lo que Jesús nos dice es que debemos actuar como niños, con la misma ingenuidad, con la misma seguridad, con la misma espontaneidad con que los niños confían plenamente en Dios.

Y a nosotros los grandes, ¡que trabajo nos da ponernos en sus manos!

El Padre Fernando Pascual comenta que tal parece tememos los proyectos de Dios para con nuestras vidas, y preferimos seguir nuestros propios gustos, decidir nuestros pasos, tenerlo todo bajo el control de nuestros deseos.

Y no acabamos de entender en esos momentos de dificultades que Dios tiene un camino distinto para nosotros, quizás difícil, quizás incomprensible, quizás lleno de espinas.

“Señor, ayúdame a descubrir ese proyecto. Dame fuerzas para confiar, para no olvidar que eres un Padre bueno. Permíteme reconocer que la Cruz es parte del camino del que ama, una astilla que nos permite contagiarnos del fuego de amor que tu Hijo trajo al mundo.

Quisiera hoy, en estas horas de mí caminar frágil, dejar mi vida entre tus manos, como vasija humilde, como barro confiado. Dejar que modeles en mi alma y en mi cuerpo tu proyecto; permitirte conquistar mis ideas y mis actos; y trabajar para que también otros, desde mi vida transformada, puedan avanzar hacia la esperanza y descubrir tu Amor eterno.”

Tere sí sabía cuánto costaba un milagro... cuarenta y un pesos, más la fe de una chiquilla.

Bendiciones y paz.

jueves, 25 de agosto de 2011

¡¡¡DIOS CON NOSOTROS!!!




¿Has descubierto ya el sagrario?.
Te lo pregunto porque todavía  hay muchos cristianos que no saben prácticamente que existe el sagrario. Dios está allí de día y de noche. Sin cansarse de esperarnos. Llamándonos. Deseando que vayamos a contarle nuestras cosas. Te pregunto de nuevo...¿Has descubierto ya el sagrario?.

¿Que es lo que hace Cristo en el sagrario?. ESTAR.
No es poco esa presencia real. Está a pesar de nuestros olvidos, de nuestra frialdad, de  nuestros sacrilegios. Está pregonando un amor sin igual. Está para nuestro consuelo.





Tomado de : La quiniela de tu vida (Angel de Novelé-Capuchino)

martes, 21 de junio de 2011

UN ACTO DE AMOR AL PRÓJIMO, DIOS NUNCA LO OLVIDA.

Una mañana una mujer bien vestida se paró frente a un hombre desamparado, quien lentamente levantó la vista.. y miró claramente a la mujer que parecía acostumbrada a las cosas buenas de la vida. Su abrigo era nuevo.

Parecía que nunca se había perdido de una comida en su vida. Su primer pensamiento fue: “Solo se quiere burlar de mi, como tantos otros lo habían hecho ... "Por Favor Déjeme en paz !! gruñó el Indigente...

Para su sorpresa, la mujer siguió enfrente de él. Ella sonreía - sus dientes blancos mostraban destellos deslumbrantes.

"¿Tienes hambre?" -preguntó ella. "No", contestó sarcásticamente. "Acabo de llegar de cenar con el presidente ... Ahora vete."

La sonrisa de la mujer se hizo aún más Grande.
De pronto el hombre sintió una mano suave bajo el brazo. "¿Qué hace usted, señora?" -preguntó el hombre enojado.
“Le digo que me deje en paz” !!

Justo en ese momento un policía se acercó. "¿Hay algún problema, señora?" -le preguntó el oficial ..
"No hay problema aquí, oficial, contestó la mujer .. "Sólo estoy tratando de ayudarle para que se ponga de pie ...

¿Me ayudaría? El oficial se rascó la cabeza. "Si, el Viejo Juan, Ha sido un estorbo por aquí por los últimos años.
¿Qué quiere usted con él?" Pregunto el oficial ...
"Ve la cafetería de allí?" -preguntó ella. "Yo voy a darle algo de comer y sacarlo del frío por un ratito."

"¿Está loca, señora?" el pobre desamparado se resistió. "Yo no quiero ir ahí! Entonces sintió dos fuertes manos agarrándolo de los brazos y lo levantaron.
"Déjame ir oficial, Yo no hice nada .."

"Vamos Viejo, esta es una buena oportunidad para ti," el oficial le susurro al oído ."

Finalmente, y con cierta dificultad, la mujer y el agente de policía llevaron al Viejo Juan a la cafetería y lo sentaron en una mesa en un rincón de la cafetería. Era casi mediodía, la mayoría de la gente ya había almorzado y el grupo para la comida aún no habían llegado ...

El gerente de la cafetería se acercó y les preguntó. "¿Qué está pasando aquí, oficial?" "¿Qué es todo esto?
Y este hombre está en problemas?"
"Esta señora lo trajo aquí para que coma algo," respondió el policía.

"Oh no, Aquí no !" el gerente respondió airadamente. "Tener una persona como este aquí es malo para mi negocio !!!

El Viejo Juan esbozó una sonrisa con sus pocos dientes. "Señora, se lo dije. Ahora, si van a dejarme ir ?. Yo no quería venir aquí desde un principio."

La mujer se dirigió al gerente de la cafetería y sonrió .. "Señor, ¿está usted familiarizado con Hernandez y Asociados ??,

la firma bancaria que está a dos calles ?"
"Por supuesto que los conozco", respondió el administrador con impaciencia. "Ellos tienen sus reuniones semanales
en una de mis salas de banquetes."

"¿Y se gana una buena cantidad de dinero con el suministro de alimentos en estas reuniones semanales?"
PREGUNTO La Señora ...
"¿Y eso qué le importa a usted?

Yo, señor, soy Penélope Hernandez, presidente y dueña de la compañía ". “Oh Perdón !! dijo el gerente ...

La mujer sonrió de nuevo .. "Pensé que esto podría hacer una diferencia en su trato" le dijo al policía, que fuertemente trataba de contener una carcajada. "¿Le gustaría tomar con nosotros una taza de café o tal vez una comida, oficial?" "No, gracias, señora", replicó el oficial. "Estoy en servicio".
"Entonces, quizás, una taza de café para llevar ?"
"Sí, señora. Eso estaría mejor".

El gerente de la cafetería giró sobre sus talones como recibiendo una orden. –“Voy a traer el café para usted de inmediato señor oficial "

El oficial lo vio alejarse. Y opinó :"Ciertamente lo ha puesto en su lugar", dijo.

"Eso no fue mi intención “ dijo la señora ... Lo crea o no, tengo una buena razón para todo esto".

Se sentó a la mesa frente a su invitado a cenar. Ella lo miró fijamente... "Juan ¿te acuerdas de mí?"
El viejo Juan miro su rostro el rostro , con los ojos lagañosos "Creo que sí - Digo , se me hace familiar".

"Mira Juan , quizá estoy un poco más grande , pero mírame bien", dijo la Señora .. "Tal vez me veo más llenita ahora ... pero cuando tu trabajabas aquí hace muchos años vine aquí una vez, por esa misma puerta, muerta de hambre y frío." Algunas lágrimas posaron sobre sus mejillas …

"¿Señora?" dijo el Oficial, No podía creer lo que estaba presenciando, ni siquiera pensar que la mujer podría llegar a tener hambre.

"Yo acababa de graduarme de la Universidad en mi pueblo", la mujer comentó. "Yo había llegado a la ciudad en busca de un trabajo, pero no pude encontrar nada. Con la voz quebrantada la mujer continuaba: Pero cuando me quedaban mis últimos centavos y me habían corrido de mi apartamento caminaba por las calles, y era en febrero y hacía frío y casi muerta de hambre vi este lugar y entré con poca posibilidad de que podría conseguir algo de comer. " Con lágrimas en sus ojos la mujer siguió platicando ... Juan me recibió con una sonrisa.

"Ahora me acuerdo", dijo Juan. "Yo estaba detrás del mostrador de servicio. Se acercó y me preguntó si podría trabajar por algo de comer”. “Si, y me dijiste que estaba en contra de la política de la empresa". Continuó la mujer.. -Entonces, tú me hiciste el sándwich de carne más grande que había visto nunca... me diste una taza de café y me fui a un rincón y disfrutar de mi comida. Tenía miedo de que te metería en problemas. Luego, cuando miré y te vi poner el precio de la comida en la caja registradora, supe entonces que todo iba a estar bien ".

"Así que usted comenzó su propio negocio?" El viejo Juan dijo.

" Si, encontré un trabajo esa misma tarde. Trabajé muy duro y me fui hacia arriba con la ayuda de Mi Padre Dios.

Eventualmente empecé mi propio negocio que, con la ayuda de Dios, prosperó .." Ella abrió su bolso y sacó una tarjeta. "Cuando termines aquí , quiero que vayas a hacer una visita al señor Martínez. Él es el director de personal de mi empresa. Iré a hablar con él y estoy seguro de que encontrará algo para que puedas hacer en la oficina ".

Ella sonrió. "Creo que incluso podría darte un adelanto, lo suficiente para que puedas comprar algo de ropa y conseguir un lugar para vivir hasta que te recuperes. Si alguna vez necesitas algo, mi puerta está siempre abierta para ti Juan."

Hubo lágrimas en los ojos del anciano. "¿Cómo voy a agradecer? ,preguntó.

"No me des las gracias", respondió la mujer. "A Dios dale la gloria. El me trajo a ti."

Fuera de la cafetería, el oficial y la mujer se detuvieron y antes de irse por su lado .. "Gracias por toda su ayuda, oficial,"

Dijo La Sra. Hernández.” “Al contrario, dijo el oficial," "Gracias. Vi un milagro hoy, algo que nunca voy a olvidar. ... Y gracias por el café. ".....



Que Dios te bendiga siempre y no te olvides que cuando tiramos el pan sobre las aguas, nunca sabes cuándo será devuelto a ti ... Dios es tan grande que puede cubrir todo el mundo con su amor y a la vez tan pequeño para entrar en tu corazón.

Cuando Dios te lleva al borde del acantilado, confía en Él plenamente y déjate llevar.

Sólo 1 de 2 cosas va a suceder, o él te sostiene cuando tú te caes, o te va a enseñar a volar!


AUTOR: Anónimo
FUENTE: http://www.marialuzdivina.com/paginas/meditaciones/med76.php

martes, 7 de junio de 2011

CREER EN DIOS ES RAZONABLE



CREER EN DIOS ES RAZONABLE

Dios responde y desborda las aspiraciones más hondas del ser humano y conecta con la sed de felicidad  y plenitud que anida en el corazón de hombres y mujeres.

La búsqueda de la felicidad es una huella indeleble de Dios en la persona. El dinamismo del espíritu humano es un caminar incesante hacia la absoluta felicidad y hacia la comunión de amor plena con los demás, que sólo  es realmente plena si es comunión en Dios y con Dios.

El ser humano tiene capacidad para conocer a Dios a partir de las obras de la creación,  de acontecimientos señalados de la vida, en el anhelo de felicidad que sienten en su corazón y en la voz de su conciencia, pues Dios no se encuentra lejos de cada uno  de nosotros “en Él vivimos, nos movemos y existimos”.

El deseo de Dios está inscrito en el corazón, porque toda persona ha sido creada por Dios y para Dios; y Él no cesa de atraer al hombre hacia Sí y sólo en Dios encontrará el ser humano la verdad y la dicha que  no cesa de buscar.

Al hablar de Dios, nuestro lenguaje se expresa de modo humano, pero capta realmente a Dios mismo, sin poder, no obstante, expresar lo en su infinita simplicidad ni agotar su misterio.






jueves, 31 de marzo de 2011

GUÍA PARA HACER ORACIÓN

      Busca un momento y lugar adecuados.— Por intensa que sea tu jornada, siempre encontrarás un remanso para evadirte unos minutos —¿diez, quince?— y recogerte en una habitación más o menos tranquila, lejos de la televisión y el teléfono. Ten a la vista alguna imagen piadosa —un crucifijo, un cuadro de Nuestra Señora—, y llévate el Evangelio u otro texto para meditar, y quizá una libreta donde apuntar ideas y propósitos.


      Ponte en presencia de Dios.—  Aparta pensamientos vanos e inoportunos y busca dentro de ti a Nuestro Señor. Para conseguirlo recita piadosamente alguna oración vocal, por ejemplo ésta, tomada de la predicación de san Josemaría Escrivá:  


      Para empezar la oración: Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, san José mi padre y Señor, Ángel de mi guarda, interceded por mí.

      Ahora represéntate la escena y aplica el corazón.— El corazón, entendido en el sentido fuerte y serio de la Escritura, simboliza al hombre entero, unidad de espíritu y cuerpo, inteligencia y voluntad. Vuélcate por tanto en la narración evangélica, imagínala con sus detalles y circunstancias, revive su tensión dramática: el asombro de la multitud, las conjuras de los judíos, el afecto de los discípulos, la envidia de los poderosos, la gratitud de los curados y, sobre todo, la pasión incontenible que mueve su Corazón.
 ¿Y cómo mantener la atención durante el tiempo que te has fijado?  Habla a Jesucristo con naturalidad y franqueza sobre lo que contemplas en Él. Los ingredientes de este diálogo son muy variados; a continuación proponemos unos cuantos, que puedes seguir a tu aire y sin rigideces:
1
ACTOS DE FE
Dile abiertamente que crees en Él, en su amor, en su Esposa la Iglesia, en sus sacramentos y doctrina, en los instrumentos que Él emplea para tu bien: tu familia, tus amigos, tus colegas, y también en muchas circunstancias donde reconoces el rastro de su Providencia: avatares cotidianos, tentaciones, penas, alegrías, etc.
2
ACTOS DE AMOR
Inspírate para ello en la Escritura, en la Liturgia, o incluso en canciones que te vengan a la memoria, o díselo con palabras tuyas, según te dicte el Espíritu Santo, pero no te canses. El amor se alimenta declarándose, crece diciéndose.
3
PETICIONES
Manifiéstale todos tus deseos: desear es aumentar la capacidad de recibir. Sé mendigo de Dios: pordiosea hasta los favores más sencillos, pues son un milagro que hay que desear, pedir, esperar, recibir y agradecer. Sea el Señor tu delicia y Él te dará lo que pide tu corazón (Sal 36).

4
PREGUNTAS
¿Qué significa esto que he vivido hoy, lo que me ha impresionado, lo que me duele, lo que me atrae? ¿Qué lectura cristiana tiene esta experiencia, aquel recuerdo, aquella ilusión? ¿Qué me estás queriendo decir en este día, o pedir, o dar…?
5
DESAHOGOS
Expláyate con toda confianza; saca fuera recelos, temores, complejos, frustraciones, rencores, toda esa fauna, en fin, que intoxica tu pensamiento y te hunde en el pesimismo. Sólo abandonando estas cosas en sus manos les encontrarás sentido. Confía al Señor todas tus preocupaciones y Él te sostendrá (Sal 54, 23).

6
OFRECIMIENTOS
Une a su Sacrificio redentor todo lo que traes entre manos para que adquiera valor divino: trabajos, proyectos, ilusiones. Sitúa tu vida cotidiana en el campo magnético de la Cruz, o lo que es lo mismo, de la Santa Misa: Cuando yo sea elevado sobre lo alto todo lo atraeré hacia mí (Jn 12, 32).

7
AGRADECIMIENTOS
Recuerda y celebra los beneficios de Dios, por más que sean inabarcables, ya que siempre recibes más de lo que conoces, más de lo que pides, más de lo que mereces, más de lo que esperas. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? Alzaré la copa de la salvación   invocando su nombre (Sal 115, 12).

8
ARREPENTIMIENTOS
Reconócete en la Pasión como uno más y pide perdón por tus complicidades, tus noes a Cristo en forma de pereza, orgullo, vanidad, atolondramiento, cobardía… Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todo mi delito, limpia mi pecado (Sal 50, 3-4).

9
RECUERDOS
Lee el libro de tu vida a la luz de Dios para reconocer en todo su mano providente. Recupera el tiempo perdido mediante tu conversión personal: en Cristo nada se pierde. Y cuando los recuerdos acudan inoportunos e inesperados, introdúcelos en la oración para sacarles partido. Reza por las personas y asuntos que entonces te distraen.
10
PROPÓSITOS
Ábrete al futuro con decisión y valor. Tu horizonte es Cristo y tu vida una aventura. ¿Por dónde empezarás? ¿Qué paso debes dar hoy y mañana? Empapa tus propósitos en tu fe: pide lo que concretas y concreta lo que pides. Olvidado de lo que dejo atrás me lanzo a lo que tengo por delante (Filipenses 3, 13)

11
ACTOS DE ESPERANZA
Confía en que estos propósitos, formulados mano a mano con Dios, se cumplirán. Vive de esperanza y no de experiencia.  Tú mismo eres milagro y proyecto de Dios, y tienes sobrados motivos para el optimismo. Confía en que llegarás a tu sazón, como el árbol de mostaza. Mi alma espera en el Señor más que el centinela la aurora (Sal 90, 3-5).

Para acabar da gracias a Dios e invoca su ayuda
También aquí es útil recitar una oración vocal, como la siguiente de san Josemaría, que complementa la anterior:

● Para acabar: Te doy gracias Dios mío por los buenos propósitos, afectos e inspiraciones que me has comunicado en esta meditación. Te pido ayuda para ponerlos por obra. Madre mía inmaculada, san José, mi padre y Señor, Ángel de mi guarda, interceded por mí.